miércoles, 19 de enero de 2011

MAFFIA´S TOWN – CONDADO DE LA HECATOMBE

Antes de que ellos decidiesen unirse, todo era desesperanza en Maffia´s Town. Los cuatreros, atracadores y asesinos a sueldo andaban libremente y la impunidad reinaba en ésta pequeña población, ubicada en el lejano Condado de la Hecatombe.


Sus habitantes no se sentían seguros. De cualquier lado salían disparos por la incesante guerra que el Sheriff de entonces libraba contra los indios de la región por la colonización y posesión de sus tierras. A medida que ganaba territorio, el desplazamiento llevaba a la miseria a estos pobladores, quienes reclamaban su herencia ancestral que les era arrebatada de forma inclemente y sanguinaria. Pero ni aún en un intento de fumar la pipa de la paz fueron escuchados por nadie. O por lo menos eso se creía…


El caos y la incertidumbre se adueñaban del alma de los vivos. La primera autoridad policial, política y de justicia actuaba de forma desmedida e incontrolable, y semanalmente reunía a todos los pobladores en la plaza principal para justificar la necesidad de sus acciones y para hablar sobre lo imprescindible que él resultaba en el proceso de salvación del alma de todos y de cada uno de los habitantes.


Cada interminable y sostenido discurso taladraba el cerebro de los asistentes hasta pernoctar para siempre en ellos. Al punto que ya muchos soñaban con cada palabra y como autómatas las repetían sin cesar en el Saloon “El Bochinche”. Pero lo que más les atraía de tan grandilocuente alocución, eran las ofertas de tierras y recursos para quienes apoyasen tan digna causa. Fue así como muchos moradores decidieron destinar parte de su patrimonio a la guerra que el Sheriff libraba contra los nativos; pero con el tiempo, muchos fueron descubriendo que las promesas sólo eran cumplidas a un selecto grupo, quienes casualmente resultaron ser los más desprendidos cuando de apoyar al Sheriff se trataba. 

Entre ellos se destacaban los banqueros, a quienes beneficiaba con impuestos que imponía a los pobladores. Estaban también los extranjeros a los que muy cordialmente invitaba para que llegasen a invertir en la explotación de los yacimientos mineros de los que hasta ese entonces subsistía gran parte de los habitantes. Y cómo olvidar a sus amigos íntimos que no sólo lo ayudaron a convertirse en Sheriff sino que diariamente alababan sus decisiones e interpelaciones públicas. Ellos anhelaban convertirse en terratenientes y para ello ejerció su ilimitado poder emitiendo leyes que su paniaguado -un símil de su dedo meñique- cumpliría a rajatabla, bajo la promesa de ser apoyado para que lo reemplazase en el cargo de Sheriff.

Fue así como el paniaguado repartió tierras a los más cercanos, abonándoles, con suprema generosidad, recursos económicos públicos para que cultivasen las tierras arrebatadas a los nativos. Con esto, el paniaguado garantizaba no sólo el apoyo de su cabecilla, sino también el de los beneficiados en sus pretensiosas aspiraciones.

A sus más conspicuos aliados los designaba en los pocos cargos oficiales existentes. Entre ellos estaban los que hacían parte de las cuadrillas que masacraban a los indios y también los expertos en descifrar las señales de humo que emitían los indígenas perseguidos y ya estigmatizados en cada intervención de cada acto público y privado.

Ya gran parte de la población de Maffia´s Town estaba convencida que los nativos eran una amenaza para su prosperidad particular y otra parte veía como abusivos los actos del Sheriff, por lo que las divisiones empezaron a evidenciarse entre los moradores. Se formaron dos bandos. Por un lado los beneficiados por el Sheriff y por el otro los indígenas, quienes al descubrir que sus señales de humo fueron interceptadas se sintieron violentados en su más profunda intimidad, porque sus derechos naturales fueron violados. Éstos eran apoyados por los Altos Consejeros del Condado de la Hecatombe, por los que públicamente criticaban las acciones y decisiones del Sheriff en representación de todo un pueblo y por los pregoneros, quienes informaban todo lo que acontecía. Todos ellos resultaron también intervenidos y perseguidos por el Sheriff y sus connotados secuaces mediante claras y preestablecidas estrategias de descrédito.

Ante esta ignominiosa realidad y ante el desmesurado poder de tan abyecto personaje, aparecieron de la nada quienes se autodenominaron “Los tres Sopranos”, con la firme intención de desbancarlo del cargo de Sheriff. Al principio, el léxico que emplearon fue innovador y eso atrajo la atención de quienes deseaban ver un reverdecer en Maffia´s Town.  Con ellos volvió la esperanza para muchos. Ese remolino aplastó inmisericordemente al paniaguado, quien entendió que haber obedecido al patrón, beneficiando a unos pocos, lo alejaba cada vez más de su sueño de poder y lo acercaba más al nombre del baile típico del condado, de nombre Can Can, donde finalmente terminó como gran bailarín.

Pero surgió como nuevo contrincante del elegido entre los Sopranos quien fuere Jefe de Guerra del Sheriff, quien finalmente venció al ver como el “Soprano Paticorto” temblaba en cada evento público y así reemplazó a quienes ya muchos llamaban “Pluma Negra”. Con éste triunfo, Pluma Negra y sus secuaces estaban felices, seguiría la guerra, el abuso, la división y la impunidad. Pero muy pronto vieron desvanecidos sus anhelos cuando el nuevo Sheriff consiguió a un nuevo mejor amigo, cuando fumó la pipa de la paz con los Altos Consejeros del Condado, cuando recibió en sus aposentos a los que criticaban las malas acciones de Pluma Negra, e incluso, cuando separó los poderes que hasta entonces sólo reposaban en cabeza de su antecesor, dejando uno de ellos en manos de una damisela, a quien prometió no entorpecer su labor. Además, el nuevo Sheriff se rodeó de muchos de los que fueron perseguidos y eso a Pluma Negra no le gustó tampoco.

Pero como el poder ahora lo tiene a quien ya todos llaman “Ángel de la prosperidad y la unidad”, Pluma Negra no puede dejar en el ambiente lo que representa haberlo perdido todo, lo que implica no tener ya acceso a él para seguir satisfaciendo los requerimientos de sus secuaces, y tampoco puede mostrar públicamente el dolor que le representa sentirse traicionado, tal y como hizo él con muchos de los que lo apoyaron cuando por primera vez fungió como Sheriff. Por ello decide usar a terceros para que de forma poco sutil, lo más parecido posible a su estilo, ataquen cada decisión de Ángel.

Para ello creó un cuadro donde rota semanalmente a los esbirros que esbozarán su pensamiento en forma de pregoneros por diferentes medios, similar a como lo hacen los ventrílocuos que llegan en verano a Maffia´s Town con cirqueros y teatreros. A los vástagos ratoncitos les recordó los jugosos dividendos del poder y con ello los motivó a trinar como cotorras; él trina como loro y a veces como ventrílocuo también; y ya encontró la fórmula para suplir las semanales reuniones en la plaza pública de lavados de cerebro, las cuales denominó “Conferencias para recuperar el poder perdido y que me tiene el corazón partío”.

Después del cargo de Sheriff está el de Corregidor. Inicialmente pensaba aspirar él a tan magna dignidad, pero han surgido muchas investigaciones en su contra y en contra de sus más fieles subordinados por la interceptaciones que hizo a las señales de humo y demás, así como el destino que dio a tantos recursos públicos durante su poderío, sumado todo ello a los resultados de la guerra y a la impunidad. 

Quien podría tener mayores posibilidades para reemplazar al actual corregidor sería uno de los Sopranos, más conocido como el “Soprano Canillón”, quien ya no está interesado en un reverdecer en el Condado de la Hecatombe,  sino en el lema de “Todo vale con tal de llegar”; así que entre tímido y decidido, le ha picado el ojo a Pluma Negra esperando que el guiño sea respondido de manera positiva, es decir, con el ojo derecho.

Esto ha generado reacciones insospechadas entre los moradores de Maffia´s Town y entre las partículas del remolino que pudo haber arrasado con el sucesor de Pluma Negra, pero que en gran parte no pasó de polvorín por la oportuna presencia del reconocido pistolero que siempre viste de negro y que sólo es llamado ante amenazas latentes, cuyo nombre “Rumor” evoca a los más despiadados cuatreros que frecuentan el Saloon Bochinche.  

Los otros dos Sopranos, Paticorto y Lengüilarga retiran sus lentes cada minuto para que Pluma Negra vea que ellos también pican sus ojitos de forma cómplice, esperando en respuesta el guiño correspondiente, pero éste hasta ahora sólo repite lo que dice Canillón, quien ya ha gastado una docena de rodilleras que encargaron y adquirieron entre todos, al por mayor y en diferentes tallas cuando la diligencia traía provisiones y artículos por pedido expreso a Maffia´s Town.


 

 
Continuará…