martes, 8 de febrero de 2011

¿DERECHOS HUMANOS O HUMANOS DERECHOS?

Hace poco, las madres de pandilleros salvadoreños, pandilleros que están en la cárcel, realizaron una manifestación exigiendo los "DERECHOS" de sus hijos, la portavoz de los manifestantes madre de uno de los chicos, hablo y exigió cambios en el   trato, hablo de injusticias y los derechos humanos para sus hijos... Esta manifestación fue cubierta ampliamente por prensa y televisión.

Al día siguiente otra madre, solicito se publicara en los diarios este comunicado, dirigido a las madres de los manifestantes... 

DE MADRE A MADRE:

Vi su enérgica protesta delante de las cámaras de TV en la reciente manifestación en favor de la reagrupación de presos y su transferencia a cárceles cercanas a sus familiares.

Vi cómo se quejaban de la distancia que les separa de sus hijos y de lo que supone, económicamente el ir a visitarlos como consecuencia de esa distancia.

Vi también toda la cobertura mediática que dedicaron a dicha manifestación, así como el soporte que tuvieron de otras madres en la misma situación y de otras personas que querían ser solidarias con ustedes y que además contaban con el apoyo de nuestra presidenta y su esposo, comisiones pastorales, órganos y entidades en defensa de los derechos humanos, etc. etc.

Yo también soy madre y puedo comprender su protesta e indignación. Porque enorme también es la distancia que me separa de mi hijo...

Trabajando mucho y ganando poco, idénticas son las dificultades y los gastos que tengo para visitarlo. Con mucho sacrificio sólo puedo visitarlo los domingos, porque trabajo incluso los sábados, para el sustento y educación del resto de la familia. Felizmente también cuento con el apoyo de amigos, familia, etc.

Para su conocimiento, yo soy la madre de un joven que se dirigía al trabajo con cuyo salario ayudaba a criar y mandar a la escuela a sus hermanos menores y que fue asaltado y herido mortalmente a balazos, disparados por alguno de sus hijos.

En la próxima visita, cuando tu estés abrazando y besando a tu hijo en la cárcel, yo estaré visitando al mío y depositándole unas flores en su tumba en el cementerio.

¡Ah! lo olvidaba: ganando poco y sosteniendo la economía de mi casa, a través de los impuestos que pago, colaboro para que tu hijo siga durmiendo en un colchón y comiendo todos los días.

Y del mío tuve algún derecho? eso es injusticia, ni a mi casa, ni al cementerio, vino nunca ningún representante de alguna de esas entidades que tan solidarias son con ustedes para dar apoyo o por lo menos dedicar unas palabras de aliento. ¡Ni siquiera para hablar de mis DERECHOS!

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Espero que algún día entre la gente  honesta que es mayoría, podamos revertir estos valores que existen en nuestro países, donde los delincuentes tienen más derechos que los ciudadanos honrados y trabajadores que solo queremos vivir en paz…

Desplazamiento forzado en Colombia

Colombia ha sido un país que siempre ha vivido en medio de la violencia, y con ello, muchas poblaciones han sido desplazadas forzosamente de sus lugares de origen. Por mencionar solamente lo acontecido durante el Siglo XX y XXI, recordemos el conflicto entre los Conservadores y los Liberales, los asesinatos de líderes políticos como Gaitán, la aparición de la guerrilla a principios de la década de los sesenta, el narcotráfico y su inmersión en todos los estamentos del estado Colombiano, la aparición de el paramilitarismo como consecuencia de las legales “Convivir”, la guerra entre guerrilla y los paramilitares tras el abandono e ineptitud del Estado y los crímenes catalogados de Estado, conocidos como “Falsos Positivos”.

El desplazamiento forzoso resulta entonces cuando personas son presionadas por diversas situaciones violentas y de diferente índole, a salir de sus lugares de residencia y a abandonar sus propiedades, obligándolos a emigrar a otras poblaciones donde no poseen nada que los identifique y donde puedan desarrollarse.

El desplazamiento es una consecuencia directa de la violencia, y en Colombia no es un conflicto reciente. Tampoco se originan en los diferentes procesos económicos que se han dado a través de los años en el país. Desde hace más de cien años podemos afirmar que en Colombia las personas han sido desplazadas y como consecuencia ha traído miseria y hambre, cuando los seres humanos han sido ultrajados en su dignidad, teniendo que buscar otros medios para subsistir y que ha generado mayor violencia ante la falta de oportunidades.

El éxodo masivo del campo a la ciudad ha sido más notorio y ha llevado a que el mundo conozca sobre lo que aquí ha ocurrido tras la guerra cruenta entre la guerrilla y el paramilitarismo. Lo que inició como una defensa personal por parte de un grupo de personas que se unieron para defenderse de lo que el estado no era capaz, desvía el supuesto objeto y termina ultrajando a la población civil y violando todos los derechos inherentes al ser humano bajo el silencio cómplice del Estado.

Cientos de miles de colombianos se vieron obligados a dejar sus tierras en cuestión de horas, sin poder siquiera organizar sus pertenencias porque los alzados en armas no les daban tiempo para ello, so pena de ser asesinados. Esto se ha convertido en uno de los grandes problemas sociales, políticos y económicos en nuestro país. Tanto la guerrilla como el paramilitarismo han desplazado a personas de sus propiedades, cada vez que han arremetido de forma violenta e inmisericorde contra las poblaciones, el temor ha hecho que muchas personas abandonasen sus predios que eran sus únicos medios de subsistencia.

Tuvieron que trasladarse a nuevas poblaciones o a ciudades, con una mano atrás y otra adelante, sin recursos económicos, enfrentando una realidad ajena a lo conocido, pedir favores a familiares o a conocidos, llevando a cargo a toda la familia, sin saber dónde dormirían, con qué se alimentarían y desconociendo su futuro inmediato. Situaciones como estas son traumáticas, porque todo cambio abrupto, inesperado y no voluntario lo es.

El desplazamiento ha traído consigo problemas sociales como son pobreza y el hambre, al verse muchos de ellos acorralados y sin salida, y al sentirse abandonados por el Estado, incapaz de garantizarles los derechos fundamentales, muchos han delinquido para poder subsistir. La miseria la vemos en los semáforos y en todos los rincones de las ciudades, lo que a su vez ha incrementado la violencia en las cabeceras.


DESPLAZAMIENTO FORZOSO Y ROBO DE TIERRAS
POR PARTE DEL PARAMILITARISMO

Con el afianzamiento del paramilitarismo, surgió una nueva modalidad de desplazamiento en algunos casos y de muertes en otras, con el factor común de pérdida de sus tierras, las cuales fueron adquiridas por los victimarios adquirieron de forma fraudulenta, sembrando el terror, amenazando, obligando a firmar documentos de ventas ficticias e incluso asesinando a sus propietarios. Testaferros de los diferentes comandantes paramilitares poseen a sus nombres la gran mayoría de éstas tierras.

A raíz de la desmovilización de los paramilitares, la Ley de Justicia y Paz exigía a quienes se acogiesen a ella debían reparar a sus víctimas, y debían restituir a sus propietarios las tierras; sin embargo, los paramilitares en la gran mayoría de los casos no han siquiera contado la verdad, menos aún han devuelto la totalidad de tierras que de forma violenta arrebataron a los campesinos. Muchas de ellas las tienen a nombre de sus testaferros y si la comunidad no denuncia, será muy difícil determinar cuáles son, a cuántas hectáreas ascienden y a nombre de quienes están.

Según grupos de derechos humanos, el conflicto armado en Colombia ha dejado más de cuatro millones de desplazados (4.000.000) en las últimas dos décadas. En el año 2002 se calculaba que ascendía a tres mil (3.000) familias, es decir, el incremento durante los dos cuatrienios del señor Álvaro Uribe fue no sólo notorio, sino también exagerado, como si de una anarquía se tratase. Cabe entonces preguntar por qué durante éste gobierno ocurrió esto, dónde estaba el Estado y qué medidas preventivas y correctivas aplicó el gobierno de la supuesta “seguridad democrática” en ésta situación específica.

La Ley de Justicia y Paz del gobierno de Álvaro Uribe no garantiza que las exigencias para quienes se acojan a dicha ley sean cumplidas, y ante la intempestiva e incomprensible decisión del señor Álvaro Uribe, de extraditar a los cabecillas del paramilitarismo a Estados Unidos cuando recién empezaba a aplicarse la Ley de Justicia y Paz, no habrá ni verdad, ni justicia y menos aún reparación.

Qué intentó ocultar el señor Uribe con ésta decisión no se sabe con certeza, pero sí existen hipótesis sobre el temor que tenía si estos personajes contasen toda la verdad. Sea como fuere, esa decisión ha afectado a Colombia entera, porque sus crímenes debían pagarlos acá, pero sobre todo, porque sin sus testimonios será muy difícil reconstruir la historia de Colombia.

Algunos medios publicaron sobre tierras que los jefes paramilitares habían entregado; pero donde se denunciaba que estas tierras no fueron devueltas a sus propietarios originales, sino que incluso algunos funcionarios del gobierno se habían apropiado de ellas. Durante el gobierno de Álvaro Uribe fue muy difícil que se restituyese a las víctimas sus tierras. No hubo voluntad política, no hubo verdad y siguen los debates, pero justicia plena tenemos la certeza que no habrá, porque no todas las tierras serán entregadas a sus dueños, las cuales se calculan en seis millones (6.000.000) de hectáreas, pero debemos considerar que aún muchos no han denunciado por temor, ya que a quienes han luchado por la restitución de sus tierras han sido asesinados, aún a sabiendas del señor Álvaro Uribe, porque muchas denuncias se hicieron de manera pública.


JUAN MANUEL SANTOS Y LA LEY DE TIERRAS

Durante su discurso de posesión como Presidente de la República, el señor Juan Manuel Santos afirmó que durante su gobierno devolvería a las víctimas del conflicto los predios que les fueron robados, ya que consideraba ésta medida fundamental en su programa de prosperidad. Se comprometió a quitárselas a quienes las tuviesen y que pedía colaboración a los congresistas para lograrlo en una sola iniciativa que cobijase la restitución de tierras y la de reparación a las víctimas, tal y como había propuesto el Partido Liberal.

“Queremos tener toda la facilidad, todos los instrumentos para que en la medida de lo posible se le entregue títulos a todos esos campesinos que hoy tienen presencia pero no tienen título”, explicó el mandatario colombiano.

Ahora el Partido Conservador, representado por Fernando Araujo, rechazó la propuesta del Partido Liberal de incluir el capítulo de restitución de tierras en el proyecto de ley de víctimas, aduciendo que "La ley de víctimas no puede ser una vena rota para el presupuesto”. Es decir, para los conservadores prima lo económico sobre los derechos de la personas y sobre la obligación del Estado.

El gobierno de Juan Manuel Santos ha generado por ello muchos roces con su antecesor, quien no ve bien que esas tierras sean entregadas a sus propietarios. De ahí que la mayor oposición que haya tenido en el congreso el proyecto provenga de la bancada del Partido Conservador y del Partido de la U, irónicamente, el mismo partido que avaló la candidatura del  Presidente Santos.

El gobierno pretende dividir el proceso de restitución de tierras en varias etapas, en la primer fase devolverían 312.000 hectáreas de tierra a casi 130.000 familias campesinas.

El ministro de Agricultura, Juan Camilo Restrepo que la iniciativa pretende devolverle 500 mil hectáreas anuales a las víctimas de la violencia que fueron despojados de sus tierras y que el proyecto contempla además se tipifiquen los delitos de testaferrato y despojo y la creación de una entidad agraria que será la encargada de restituir las tierras a sus dueños.

Pero surge otro problema cuando algunos “empresarios paisas” se han comunicado con el gobierno aduciendo ser poseedores de muchas de esas tierras denunciadas en Los Montes de María, pero que las adquirieron de “buena fe”, por lo que afirman no deben ser expropiados. Pero investigaciones revelan que los propietarios originales fueron obligados a vender esas tierras a tan connotados empresarios por valores irrisorios, inferiores a los trescientos mil pesos ($300.000) por hectárea y que ahora los empresarios le piden al Estado una “indemnización” para devolverlas, cuyo valor por hectárea superan los dos millones de pesos ($2.000.000) sin incluir las reformas o infraestructura que sobre esas tierras hayan realizado.

Cómo ha sido el proceso de liberación unilateral de secuestrados. Actitud de instituciones, medios y algunos liberados...

La guerrilla diferencia a secuestrados de retenidos de guerra. Los primeros son civiles y los segundos, miembros de la fuerza pública que han sido detenidos por ellos tras combates. Bajo la concepción de la guerrilla en Colombia se vive una guerra civil no declarada; pero sólo si el Estado Colombiano admitiese esto, la figura del secuestro desaparecería así como el título de terrorismo o de terroristas, tal como indica el Derecho Internacional Humanitario.


De ahí que la guerrilla hable de un intercambio humanitario, el cual puede darse cuando se les da éste reconocimiento, y que cuando han accedido a realizar liberaciones de forma unilateral o cuando ellos mismos las han promovido, ha sido como muestra voluntaria de su parte por una salida pacífica al conflicto en Colombia, basado en el intercambio humanitario. Por ello las liberaciones unilaterales, mayoritariamente, han sido de miembros de la fuerza pública, y cada vez que resultan, estas instituciones asisten a recibir a sus miembros.  


Pero las instituciones son conocedoras de que estos miembros, que han permanecido por largos años con sus captores, observando y viviendo directamente su disciplina en lo militar, temen lo que puedan manifestar a los medios de comunicación inmediatamente son liberados. Sumado a estas vivencias, la responsabilidad que los liberados puedan achacar a sus instituciones por el abandono hacia ellos en la selva por tantos años y separados de sus familias, por permitir fuesen capturados, por no atender a sus familias durante sus ausencias involuntarias y por un cúmulo de situaciones que durante tantos años de cautiverio pudieron sentir, los altos mandos temen que sus palabras ante los micrófonos y las cámaras puedan deteriorar la imagen de las instituciones que representan y fortalecer con ello a la guerrilla.


De ahí que una vez son liberados y llegan los helicópteros, sus superiores sólo permitan el saludo de sus familiares y de manera inmediata los dirijan para hablar con ellos a solas a un espacio diseñado para tal fin, esto antes de presentarlos a los medios de comunicación.


Hemos visto reacciones diversas de los liberados ante los medios. En el caso del soldado profesional  Josué Daniel Calvo, cuando el ejército lo presentó ante los medios inmediatamente liberado, ya lo habían uniformado y realizado el corte de pelo. Con ese gesto enviaban una clara señal de que pese al tiempo transcurrido desde la privación de su libertad, el soldado Calvo seguía firme y fiel a su institución. Suponemos que por instrucciones precisas de sus superiores, el soldado Calvo se negó a dar declaraciones a los medios.


En contraste, el Cabo Moncayo, quien llevaba once años en la selva privado de su libertad, y quien ya en una prueba de supervivencia hacía exigencias al gobierno nacional mostrando su inconformidad por no acceder a una salida negociada al conflicto, la  guerrilla lo envió uniformado, ahorrándole con ello el trabajo que el ejército se tomó con el soldado Calvo; de manera prudente pero más amplia atendió a los medios de comunicación y obvió entre sus agradecimientos incluir al Presidente Uribe por su liberación.


Por ello fue catalogado incluso de guerrillero, de sufrir el Síndrome de Estocolmo, de desleal con la institución y con el país y hasta de loco; pero tuvo el valor de esbozar lo que sentía sin permitirle a sus superiores influenciaran en su discurso, sin temor a represalias por la firme convicción de pedir la baja de la institución.


Pero la situación de Moncayo fue muy diferente, su padre y su hermana desde hacía varios años habían emprendido caminatas por el mundo entero por su liberación. Él tenía conocimiento de cuál había sido la actitud del gobierno sobre la prevalencia de los rescates militares frente a las liberaciones que no ponían en riesgo su vida y la de sus compañeros, así como haber vivido más que Calvo diferentes combates por muchos años.


Tanto oficiales como suboficiales del ejército y de la policía liberados son apartados y adoctrinados sobre lo que les es permitido y lo que no les es permitido decir; además, sobre el lugar donde podrán ampliarse y contar ya experiencias vividas en cautiverio.


Coincide que inmediatamente liberados son parcos, explícitos y retraídos, contestando con monosílabos o llanamente negándose a contestar; en antítesis de lo que ocurre una vez son presentados por el gobierno con el señor presidente a bordo, quien les permite explayarse y hasta bromas hacen.


Esto se debe no sólo al temor de los superiores y del gobierno a la sinceridad que pueda brotar de manera espontánea y natural en un momento tan emotivo por parte de los liberados y que podría desdibujar la imagen de las instituciones, sino también al temor por parte de los liberados de incumplir la disciplina castrense y sobre todo al protagonismo mediático que el gobierno no está dispuesto a ceder a quienes han intervenido y logrado las liberaciones.


Pese a los tantos obstáculos que el gobierno pone para que las liberaciones resulten, y pese al incumplimiento en varios casos a lo acordado y establecido en los protocolos de seguridad, pretende mantener y demostrar su poder preservando e imponiendo un protagonismo muchas veces no merecido ni ganado. 


Es entonces cuando los dirigen al Palacio de Nariño y en rueda de prensa e incluso en transmisiones nacionales, los presentan impecablemente vestidos, con una notoria fuerza marcial en su semblante y apariencia y el señor Presidente, quien no asistió a sus liberaciones, se encarga de presentarlos a los medios, de hacerles preguntas y ellos de agradecer al gobierno, a sus superiores y a sus instituciones por ser nuevamente seres libres dispuestos a reintegrarse a la sociedad y a ejercer nuevamente sus funciones.


Permitir a los liberados que hagan esto inmediatamente son liberados representaría ceder el protagonismo a quienes lograron su liberación, y el gobierno, en un afán demagogo no estuvo nunca dispuesto ni a ver estas liberaciones como un motivo o acto de unidad nacional, ni a ceder el protagonismo que creía debía adjudicársele de manera exclusiva.


Esto hace parte del show donde unos trabajan infatigablemente para que otros se lleven los laureles del triunfo y los reconocimientos, pero que deja el sabor dulce del deber cumplido y la tranquilidad de haber podido entregar al país a un compatriota sano y salvo, pero también de poder regresar al seno de sus familias a seres humanos que antes de verse solamente como miembros o instrumentos de la fuerza pública, son hijos, padres, esposos, hermanos y amigos.


Bocadillo entre medios de comunicación, periodistas, pautas publicitarias y gobiernos...

Los medios periodísticos tienen una gran responsabilidad con la sociedad civil, y el ejercicio de la profesión periodística exige de una impecable ética profesional, ya que la ardua y seria misión de informar puede desvirtuarse al tergiversar las noticias, por lo que además de no informar con veracidad, se puede perjudicar a terceros con todo lo que ello acarrea.


En Colombia vemos a diario como los medios de comunicación dejan de lado su verdadera razón de ser y de existir, y cómo en muchas ocasiones, la noticia no es transmitida de forma objetiva, sino que se convierte en columnas de opinión. Para informar es necesario desprenderse de toda subjetividad y parcialidad.


Pero entre estos dos elementos predomina la parcialidad, ya que la subjetividad hace parte de ella misma; y cuyas causas son diversas. En ocasiones se debe a la asociación directa que algunos medios de comunicación tienen con los gobiernos de turno, en otros casos, por el nexo que los une con los clientes que adquieren publicidad en los medios y en otros casos, solamente por generar y crear noticias donde realmente no las hay para incrementar sus ventas o rating.


Para nadie es sorpresa o desconocido cómo en Colombia, durante los últimos años,  algunos medios de comunicación se parcializaron con el gobierno anterior, al punto de crear un hasta entonces inexistente “derecho de opinión” que pretendía ser empleado para imponerse o para suplir al “Derecho de Estado”. Pero poco a poco se descubrió que las noticias que se emitían eran completamente opuestas a la realidad, y que la única fuente que pudo proveerle a los medios esas supuestas noticias llenas de maldad y de falta a la verdad que a diario se transmitían, era el mismo gobierno.


Se descubrió cómo el gobierno acudió a la ilegalidad, a la violación a los derechos fundamentales de las personas y a la siembra de pruebas solamente para desprestigiar a quienes consideraban sus enemigos. Sin constatar esas informaciones, los medios las transmitían tal y como el gobierno deseaba se hiciese y así, poco a poco y de forma paulatina, el gobierno, con el apoyo y anuencia de esos medios logró crear, de forma paulatina y constante el tan buscado “derecho de opinión”, que no era más que una imagen figurada que el gobierno requería para justificar ante el país y ante el mundo una tercera reelección.


Lo que reviste de mayor gravedad éste caso ha sido el hecho de que esos medios de comunicación sirviesen de facilitadores del gobierno y por lo tanto, que sean también responsables de la división que todo éste proceso generó en el país, donde se polarizó a la población entre buenos y malos de acuerdo a las noticias que de cada uno de ellos se emitía, de forma incesante, firme, persistente e insistente; dejando una impresión muy clara en la gran mayoría de los nacionales. Existía una relación directamente proporcional entre el incremento del derecho de opinión y entre la polarización del país. Quien no estaba de acuerdo con el gobierno era catalogado de manera directa de terrorista o de guerrillero y así eran y son señalados por la población. A unos se les atribuían acciones benéficas y a otros acciones vergonzosas y repudiables.


Fueron los medios de comunicación amigos del gobierno los encargados de desarrollar y de llevar a cabo todo éste perjudicial proceso, violento de por sí por las consecuencias tan lesivas para un país que anhela la paz y lo paradójico del caso, es que irónicamente lo lograron sin disparar una sola arma, tan sólo amparados en una máquina de escribir, en un micrófono o ante una cámara y escudados en el nombre y prestigio del medio de comunicación que gozaba de la protección patriarcal del gobierno.


En países autoritarios y subdesarrollados, donde no se respetan las libertades ni los derechos de los demás esto suele suceder, pero es ahí donde debe entrar el periodismo ético y la responsabilidad social de los medios de comunicación, quienes poseen el poder suficiente para cambiar gobiernos o para alterar un sistema de gobierno. Si se hubiese actuado con imparcialidad, con objetividad y con profesionalismo, muchas muertes, amenazas, chantajes, exilios y secuestros se pudieron haber evitado durante tantos años; solamente bastaba con informar la verdad una vez se verificase la noticia y se contrastase con otras fuentes serias y confiables, así como entrevistar a los afectados y preguntarse si se estaba transmitiendo lo correcto.


Pero es común que esto suceda, porque son pocos los medios que se caracterizan por ejercer un periodismo investigativo, veraz, honesto y de utilidad social. A veces prima el impacto que se logre con tan sólo enunciar un titular llamativo y mal intencionado, y es ahí cuando se pasa la línea imaginaria de la realidad periodística con el amarillismo.


Por otro lado vemos cómo muchas veces se ha violado la reserva de sumario de casos judiciales importantes para el país, en muchísimos casos los investigados se han enterado antes por los medios de comunicación que por las mismas autoridades. Funcionarios públicos de el poder judicial sirven de fuente, en algunos casos no afectan el normal desarrollo de los procesos, pero en otros casos sí.


Sobre todo en los medios radiales de las regiones observamos cómo el periodismo se ejerce de manera más irresponsable aún. Lo mismo en la prensa, empresas creadas por familias tradicionales que también están inmersas en la política, por lo que las noticias son muy parcializadas y llenas de subjetividad, logrando con ello cambiar o dirigir la percepción del receptor.


En estos casos locales, el periodista es también el encargado de buscar las pautas publicitarias que financiarán los costos de sus programas radiales, y como lo más sencillo es lograrla con los entes territoriales, eso garantiza inmunidad y elogios para la administración que los contrate. En muchas ocasiones vemos como por medio de los micrófonos presionan a los gobernantes criticando sus administraciones para que les otorguen contratos, por lo que la comunidad no conoce a ciencia cierta cómo evolucionan las gestiones de sus gobernantes, ya que el medio de comunicación masivo es la radio y éstas actúan conforme a los intereses de quien los contrate.


Esto se debe a que el periodista en vez de dedicar el tiempo a investigar las noticias que emitirá, debe dedicarlo a buscar quién o quiénes lo contraten para solventar el programa. Vemos también casos donde se trata de publicidad política pagada pero que se emite como si se tratase de noticia porque así se acuerda con los contratantes. 

De la misma forma, en todos los niveles del territorio nacional están divididos los medios de comunicación y los periodistas por sus ideologías o tendencias políticas, por ello vemos cómo algunos columnistas de opinión escriben a favor o en contra del gobierno. Además, los medios de comunicación más reconocidos pertenecen o han pertenecido a familias políticas tradicionales, y esto, sumado a todo lo expuesto, nos indica que el periodismo y la política están entonces íntegramente ligados y eso de por sí, ya indica la falta de objetividad y parcialidad que impera.


En un país tan violento como Colombia, se debe ejercer el periodismo de manera más profesional y responsable, porque no hacerlo implica perjuicios irreparables contra personas que por una falsa información o por verdades a medias, pueden ser estigmatizadas, señaladas, vituperadas y convertir sus vidas en un verdadero infierno. Muchos casos se han visto en Colombia donde familias honorables han sido afectadas por el irresponsable ejercicio periodístico, algunos han tenido que exiliarse en otros países por el impacto que notas carentes de veracidad han generado en la población y entre los grupos armados ilegales. Otros que han contado con peor suerte han sido asesinados.


Vemos entonces como también existe censura, no sólo por parte del gobierno, sino también por esos grupos armados ilegales. Al estar el país dividido entre personas honorables y terroristas, también existen temas que son catalogados de terrorismo, como es el caso de los derechos humanos. Aquí la censura no se ejerce de manera legal y frontal, porque sería ilegal hacerlo; sino con castigos por parte del gobierno y se manifiesta con homicidios, así como la libertad de expresión es coartada con atentados, tratos degradantes, secuestro, amenazas e incluso con privación de la libertad por parte de las mismas autoridades. No en vano las cifras e indicadores al respecto reflejan un incremento de éstas prácticas ilegales de un 10% con respecto al año anterior.


Muchos periodistas han sido asesinados en Colombia, y casi todos ellos poseían un factor común, y fue investigar u opinar sobre temas álgidos para alguna de las partes, como la violación de los derechos humanos, crímenes catalogados de Estado por el Derecho Internacional Humanitario y corrupción en la función pública. Es Colombia un país dividido entre la derecha y la izquierda.


Pero es esa la verdadera misión del periodismo, informar a la sociedad de manera oportuna y veraz, sin temores y sin tabúes, sin modificar la información y actuando de manera objetiva, confrontando los datos que arrojen las diferentes fuentes consultadas e investigando, entrevistando a las contrapartes y dándole valor a lo que se transmita, con respeto, con decisión, con confianza, pero sobre todo, con responsabilidad y ética.

Objetividad o subjetividad de los columnistas...

Es imposible que el ser humano logre desprenderse de sus propias experiencias, conocimientos e interpretación de los mismos cuando escucha, cuando lee y cuando decide opinar o actuar sobre algo. De ahí que en el ejercicio de cualquier profesión prime la subjetividad, y el periodismo no es la excepción.


En el caso de las columnas, a diferencia del reportaje o de la noticia, vemos aún más ésta situación, la cual goza de mayor permisibilidad por parte de los medios que en los casos anteriores, aunque de por sí tampoco los medios suelen ser neutrales de forma absoluta.


En las columnas, el periodista expresa su opinión sobre un tema y esperar que esa opinión coincida con la de los demás es irracional, porque no todos poseemos un mismo punto de vista, el cual se forma de acuerdo a factores internos y externos, pero sobre todo por la experiencia personal.


Puede el columnista sí ser parcial a la verdad, máxime si tratare temas o hechos plenamente confirmados, pero aún así no deja de exteriorizar su opinión personal. A veces los medios les exigen que esas opiniones coincidan con lo que piensan las mayorías para generar esa empatía con los lectores, pero en muchos casos hay columnistas que piensan y se expresan como piensan las minorías y a ellos dirigen sus columnas, ya sea por experiencias propias, por situaciones particulares o por encontrar eco en ese segmento del mercado.


Pese a que el ideal sería que los medios fuesen neutrales e imparciales, eso no ocurre en la realidad y sería ilógico que así fuese, porque existe una yuxtaposición entre ambos términos, porque no se puede ser parcial a la imparcialidad. Por ello se debe escoger con supremo cuidado y atención ante qué decidimos no ser neutrales, que es lo mismo que decir, que debemos seleccionar con sumo cuidado ante qué decidimos ser parciales y la forma como lo narremos.


Se puede ser parcial a la verdad cuando se narra la realidad, y se puede ser parcial a la opinión entonces, pero ésta debe expresarse y justificarse de forma clara, coordinada y coherente. Obviamente que si se cae en ese subrealismo subjetivo podemos ser injustos, y de ahí que muchos columnistas lo sean, porque mientras la subjetividad impere se puede hacer daño a terceros, con o sin intención de hacerlo, porque el columnista examina cada tema y lo confronta con la realidad y con su realidad.


Suelen ser los columnistas injustos cuando no logran desprenderse de sus experiencias personales y cuando, en su afán de ser neutrales, yerran al parcializarse con la inexistente verdad absoluta, cuando dejan de manifiesto y se dejan llevar por sus gustos y preferencias. Por ello, la neutralidad absoluta es prácticamente imposible y pedirle a un periodista que sea objetivo, así como pedirle que sea justo, es pedirle algo irrealizable.

Periodismo vs derecho a la intimidad

Existen personalidades públicas a quienes les gusta mostrarse ante los medios. Por el sólo hecho de ser personajes públicos, ya su intimidad está mermada, y una vez que la pierden es muy difícil que la vuelvan a recuperar. Pero también es cierto que muchos periodistas y medios de comunicación abusan y terminan convirtiendo la intimidad de los famosos en pública, sin respetar muchas veces a sus familias e hijos menores de edad.


El derecho a la privacidad es un mandato Constitucional, pero por tratarse de personas famosas, eso es lo que más vende. De ahí el nacimiento de los paparazzi, a quienes por una foto pueden pagarles sumas astronómicas, y las revistas del jet set o las páginas sociales de los periódicos.


La ética y la deontología profesional deben brotar en cada acto del ejercicio de todas las profesiones. En el periodismo, por vender más y por buscar los periodistas posicionarse en el medio donde trabajan, no respetan la intimidad de las personas y se extralimitan, ocasionando con ello, muchas veces, daños irreparables, argumentando que por tratarse de personajes públicos deben aceptar todo, sin que ello, en muchos casos, resulte de interés público.


Es cierto que muchas personalidades venden su intimidad, pero muchos otros buscan la forma de preservarla a como dé lugar. Sea cual fuere su decisión, debe ser respetada, al igual que se debe respetar al destinatario, porque muchas veces se pasa la fina línea de la información al sensacionalismo chabacano, de forma poco profesional y ética, que poco o nada puede interesar, perdiendo con ello el equilibrio que debe existir y prevalecer entre la intimidad y la información de interés general, lo que conlleva a una pérdida de confianza de la población en el ejercicio periodístico.


Hay casos donde el personaje incurre en actitudes punibles que son de interés general, donde el periodista debe ejercer su responsabilidad social ante la sociedad y transmitirla de forma veraz. Hay casos donde las personalidades se encuentran en la vía pública y son asediados, pero también hay casos donde ingresan a sus residencias, a sus habitaciones y los persiguen al punto de no dejarlos vivir en paz. Esto es reprochable desde todo punto de vista, porque la privacidad es un derecho, y los medios deben esperar a ser llamados por las personalidades cuando deseen manifestarse sobre algo.


Esto sería lo ideal, pero en la realidad no resulta, porque se trata de un mercado desleal y de competencia absoluta, constante, dinámico; donde las “chivas” tienen un precio, cuya inversión trae un beneficio denominado rating que trae consigo mayores utilidades financieras para el medio.


En otras latitudes, la violación al derecho a la intimidad ha sido en reiteradas ocasiones denunciada ante las autoridades. En el caso de las monarquías europeas, las leyes contemplan que se trata de personajes históricos y públicos que se deben a sus pueblos, por lo que deben aceptar esa infiltración constante, pero esto se puso en tela de juicio tras el accidente donde falleció la princesa de Gales Diana Spencer, quien al parecer huía a gran velocidad del asedio incesante de los paparazzi.


Los periodistas deben pensar que la intimidad es un derecho sagrado de las personas y en consecuencia, deben respetarlo, actuando con ética y con responsabilidad social. Es su misión cambiar lo convencional y transformar el ejercicio de la profesión, orientándolo hacia el respeto hacia los demás.

 








Medios de comunicación en caso de mineros chilenos vs liberaciones...

Si analizamos por qué en el reciente caso de los mineros chilenos no hubo tantos medios de comunicación en comparación al despliegue informático que se origina en Colombia tras las liberaciones de los secuestrados, podemos interpretar, que pese a que las situaciones son similares, se trata de dos países completamente diferentes en la forma como infiere el gobierno en los mismos.


Muy por encima de la responsabilidad que tenía la multinacional que explota la mina donde quedaron atrapados treinta y tres mineros chilenos, el Estado de Chile, en cabeza de su Presidente Piñera y del pueblo mismo se empoderaron de la situación y se decidieron a resolverla como cosa propia, a como diera lugar, sin demagogia, convencidos plenamente de que ese era su deber, sin buscar protagonismo escénico pero sí haciendo presencia.


El pueblo chileno confió en su presidente, y él demostró su marcado interés de servir a su pueblo. Si hubo polarizaciones o diferencias entre los intervinientes no se supo, porque fue el infortunio lo que unió al pueblo chileno y no las alegrías como suele ocurrir.


Ante éste panorama, entendemos que para los medios de comunicación se trataba de una noticia donde un país unido luchaba para salvar la vida de unos nacionales, y la presencia permanente del mandatario reflejaba que se trataba de una acción de Estado. Esto en cualquier país civilizado es normal que suceda y si algún estado del mundo había olvidado que la unión hace la fuerza, Chile se encargó de recordárnoslo y de demostrárnoslo.


Motivos había entonces para que la cobertura y despliegue internacional fuese inusitado, desmedido; pero éste tipo de noticias suelen no resultar tan atractivas como las que generan pasiones desmedidas en los televidentes. Aunque cabe resaltar que a nivel general, el cubrimiento que en Chile hicieron los medios colombianos durante dos largos meses fue muy superior, más constante e intenso que la que realizan en situaciones similares y que a diario ocurren en Colombia. Pareciese que más nos interesasen las noticias de los demás que las propias, así como la suerte de los extranjeros que la de los mismos nacionales; pero debemos recalcar que cuando esto ocurre aquí jamás un presidente ha hecho acto de presencia siquiera, y en muchos casos ni siquiera el alcalde del municipio.


Caso contrario ocurre cuando se han logrado liberaciones unilaterales de secuestrados por parte de la guerrilla en Colombia. De todas partes del mundo, desde varios días antes arriban corresponsales de medios de comunicación del mundo entero. Entendemos que esto se debe a tres factores fundamentales.


1.      Las liberaciones unilaterales de secuestrados no son logradas por el gobierno sino por la señora Piedad Córdoba, luchadora infatigable por la paz de Colombia, y eso es ya una noticia en sí.
2.     Se trata de la liberación de personas que han sido privadas de su libertad por muchos años, algunos incluso por más de una década y por parte de grupos armados ilegales identificados.
3.     En la mayoría de los casos el gobierno cedió a las mismas sólo por tratarse de un clamor popular, más no por convicción o porque se tratase de políticas de gobierno, muy por el contrario, éstas liberaciones iban en contra de las verdaderas intenciones e intereses del gobierno y no acceder a ellas podría conllevar a sacrificios políticos.


Toda liberación unilateral reviste un proceso y formalidades que deben ser cumplidas en un tiempo y en un espacio, a diferencia de lo acontecido en Chile, donde la noticia se presentó de forma subrepticia. Por situaciones irregulares que se han presentado en anteriores liberaciones por parte de las autoridades, la guerrilla es cada vez más firme en estas formalidades.


Para que las liberaciones se den, se hace necesario primero que la guerrilla acepte hacerlas por medio de quien las ha gestionado, quien a su vez se convierte entonces en el interlocutor entre guerrilla y gobierno. El resultado de ello es ya una primera noticia.


Prosigue la intervención del gestor e interlocutor ante el gobierno nacional para que acepte se den esas liberaciones; y ya esto genera una nueva noticia. Posteriormente, toda liberación unilateral tiene unas condiciones o formalismos que deben ser avaladas y aceptadas por el gobierno nacional, que es lo que conocemos como “protocolo de seguridad”, donde algunos de los puntos son negociables, por lo que para definirse,  debe fluir una comunicación entre las partes por medio de su interlocutora en el proceso de negociación, donde interviene además, la Cruz Roja. Una vez definido el protocolo de seguridad, surge una nueva noticia.
 

Plasmado en un papel el protocolo de seguridad, debe ser enviado a la guerrilla para que lo conozca ya de manera formal y lo apruebe. Una vez aprobado, la guerrilla define la fecha, el lugar, la hora y las coordenadas exactas. Entre tanto, ha acontecido que gobiernos de otros países han decidido apoyar estas misiones humanitarias y es el gobierno nacional quien les pide cuándo deben acudir y a dónde, pero no antes de que el protocolo sea aprobado por la guerrilla, tal y como ocurrió en las últimas liberaciones.


Pero en medio de todo esto, hay noticia, porque los medios, al igual que el gobierno mismo, intentan a toda costa descubrir la forma como la interlocutora se comunica y envía la información al grupo armado, sin contemplar el riesgo que esto implica para poder concretar y llevar a buen término la labor humanitaria, sino que también pone en riesgo a quienes intervienen en dicho proceso.


Sin embargo, pese a que toda labor humanitaria, al igual que la que se dio en Chile con los mineros, tiene un trasfondo, una razón de ser o naturaleza exclusivamente orientada a la defensa a la vida por medio de la solidaridad; las liberaciones unilaterales en Colombia tienen una connotación mayor y tergiversada, producto de la polarización que vive el país.


Cuando la única persona que se ha propuesto lograr la paz en Colombia y que interviene para que estas liberaciones se den ha sido tildada de terrorista por el mismo gobierno, apoyado por algunos medios de comunicación inescrupulosos, cuando en un país no se respeta la libertad de expresión, de pensar y de sentir diferente, cuando la oposición o todo lo que el gobierno sienta como amenaza para el logro de fines poco legítimos y legales ha sido tildado de terroristas o de guerrilleros; y si una de esas personas señaladas injustamente por el gobierno es la facilitadora para que personas regresen a la libertad y al seno de sus hogares, eso es, indudablemente, noticia para el mundo entero.


Siendo deber del Estado velar por la vida y libertades de sus nacionales, el hecho de que sean ellos privados de su libertad por parte de  grupos armados ilegales ya indica la ineptitud del gobierno, quien se ha negado a la búsqueda definitiva de la tan anhelada paz en Colombia de manera pacífica y concertada, sino que ha insistido en seguir con la guerra, máxime cuando ésta representaba la bandera política del gobierno anterior que podría justificar su permanencia en el poder. De ahí la negación no sólo a una salida pacífica al conflicto armado, sino que además presentasen obstáculos de manera sistemática ante cada liberación, como si no las deseasen, como si los demás colombianos no importasen.   


Sintiendo entonces el gobierno que sus funciones son usurpadas por alguien que para colmo de males logra de forma pacífica y sin condición alguna lo que él no ha podido lograr por medio de la onerosa guerra no, actúa de ésta forma y defiende su posición obstaculizando la labor humanitaria, al punto de interferir de tal forma que en ocasiones han podido ser canceladas por ello.


El gobierno del señor Uribe buscó preservar su protagonismo por medio de la imposición y presencia de las instituciones armadas del país y delegando al Comisionado de Paz ante cada liberación, pero no haciendo presencia a ellas el señor Presidente, cuando se ha tratado de labores humanitarias que deberían unir al país entero, a diferencia de lo que sí le demostró al mundo entero el Presidente Piñero en Chile. Y jamás asistió porque haberlo hecho hubiese significado demostrar un trabajo armónico y compartir una felicidad conjuntamente con quien él se encargó de estigmatizar como terrorista, por lo que debía primar el “estado de opinión” que tanto esfuerzo, costos y tiempo le había llevado configurar ante el fortalecimiento del estado de Derecho que implica la unión de todos los colombianos y colombianas. 


Por toda ésta situación podemos explicar por qué para los medios de comunicación ha resultado más importante hacer cubrimiento y despliegue a las liberaciones en Colombia que al drama que vivieron los mineros chilenos y que gracias a la oportuna, decidida, precisa y constante intervención del Estado Chileno lograron superar. En las liberaciones cada paso puede ser una noticia y hay que estar ahí para cubrirla porque podría resolverse de manera impredecible, a diferencia del rescate de los mineros chilenos, donde sólo había que esperar se diseñase el medio para subirlos desde las profundidades de la tierra. En las liberaciones cada palabra, cada gesto, cada minuto que transcurre puede generar una noticia y definitivamente, porque la confrontación vende mucho más que la unidad de todo un pueblo.

 

¿POR QUÉ LAS MUJERES TARDAN TANTO...CUANDO VAN AL BAÑO?

El gran secreto de todas las mujeres respecto a los baños es que desde niña tu mamá te llevaba al baño, te enseñaba a limpiar la tabla del inodoro con papel higiénico y luego ponía tiras de papel cuidadosamente en el perímetro de la taza.  

Finalmente te instruía: "Nunca, nunca te sientes en un baño público'

Y luego te mostraba 'la posición' de karateca, que consiste en balancearte sobre el inodoro de forma tal que te sientas sin que tu cuerpo haga contacto con el inodoro.
 
'La Posición' es una de las primeras lecciones de vida de una niña, súper importante y necesaria, porque nos ha de acompañar durante el resto de nuestra “miona” vida.

Pero aún hoy en nuestros años adultos, 'la posición' es dolorosamente difícil de mantener cuando tu vejiga está que se revienta.

Cuando TIENES que ir a un baño público, te encuentras con una cola de mujeres que te hace pensar que dentro está Brad Pitt.

Así que te resignas a esperar… Y lo hacemos sonriendo hipócritamente a las demás mujeres que también están discretamente cruzando piernas, brazos y apretando el su vagina, en la posición oficial de "me estoy meando''... Pendejas !!

Finalmente te toca a ti, si no llega la típica mamá con “la nenita que no se puede aguantar más” y tienes que cederle el turno…

Entonces verificas cada cubículo por debajo para ver si no hay piernas.

¡¡¡¡¡Pero todos están ocupados !!!!!

Finalmente uno se abre y se lanza hacia el cubículo casi tirando a la persona que va saliendo... Pero entras y te das cuenta que la cerradura no funciona (nunca funciona);  no importa... al fin llegaste y estás ahí…

Cuelgas el bolso del gancho que hay en la puerta, y si no hay gancho (porque nunca hay gancho…), inspeccionas la zona, el suelo está lleno de papel higiénico sucio y de líquidos indefinidos y malolientes, así que  no te atreves a dejarlo ahí, por lo que decides colgártelo en el cuello (estilo perro San Bernardo de los que hay en Bariloche…) pero mientras miras como se balancea debajo tuyo, sientes cómo en cada movimiento te desnucas, porque el bolso está lleno de vainas, vainitas y vainotas que fuiste metiendo poco a poco por si acaso las podías necesitar, pero la mayoría de las cuales no usas… 

Entre tanto, como la puerta no tenía cerradura, la única opción es sostenerla es con una mano mientras que con la otra y de un tirón te bajas los panties  y te pones en "la posición que mami me enseñó"…

¡¡¡ Uffff... Qué alivio...... AAhhhhhh !!! POR FÍN !!!!!!! ...

Ahí es cuando tus muslos empiezan a temblar... Porque estás suspendida en el aire, con las piernas flexionadas, los calzones cortándote la circulación de los muslos, el brazo extendido haciendo fuerza contra la puerta y un bolso de 5 Kilos colgando de tu cuello...

Te encantaría sentarte, pero no tuviste tiempo de limpiar la taza ni la cubriste con papel, interiormente crees que no pasaría nada pero la voz de tu madre retumba en tu cabeza: “jamás te sientes en un inodoro público”!!! … Así que te quedas en la "posición de chivito listo a brincar hacia un precipicio", con la incesante tembladera de tus piernas...

Y por un fallo de cálculo en las distancias ¡¡¡ Una salpicada finíííííísima... pero que logra que el chorrito de miao te salpique y te mojas hasta las medias!!!

Si tienes suerte no te mojas los zapatos, pero ves cómo chorrea el miao desde tu entrepierna por la parte interna de los muslos… Y eso te pasa porque para adoptar “la posición” se requiere de una puta concentración inigualable, y entre la puerta, el bolso, el desespero a que empujen la puerta las que esperan…

Para alejar de tu mente esa desgracia, buscas el rollo de papel higiénico peeero, noooooooo hayyyyyy!!!...  El rollo está vacío...! (siempre está vacío…)… Entonces suplicas al cielo que entre los 5 kilos de cachivaches que llevas en el bolso haya un miserable y aunque sea sucio kleenex, pero para buscar en tu bolso hay que soltar la berraca puerta, dudas un momento porque sabes que si la sueltas se va a abrir, pero no hay más remedio...

Y enseguida la sueltas alguien la empuja, así que no tienes más opción que frenar con un movimiento rápido y brusco, mientras gritas OCUPAAADOOOO!!!... Ahí das por hecho que todas las pendejas mionas que esperan en el exterior escucharon tu mensaje y ya puedes soltar la puerta sin miedo, nadie intentará abrirla de nuevo (en eso las mujeres nos respetamos mucho…)

Pero ya los efectos del portazo empiezan a hacer efecto cuando sin querer tocas con la punta de la nalga o del muslo la taza del inodoro… Encima ya no soportas el dolor en el cuello por tener ahí guindando el bolso… El sudor corre por tu frente y sigue ahí la salpicada del chorro en las piernas y ninguna está exenta de que por el esfuerzo, se le escape un pedo que retumba al ritmo de las risas de quienes esperan turno…

Ahí piensas en tu mamá y lo avergonzada que se sentiría porque su trasero nunca tocó el asiento de un baño público, porque francamente, “Tú, no sabes qué enfermedades podrías agarrarte ahí“... Estás exhausta, cuando te paras ya no sientes las piernas, te acomodas la ropa rapidísimo y tiras de la palanca con el pinche pie… ¡¡¡ sobretodo !!!  muy importante…
Entonces vas al lavamanos pero te encuentras que todo está lleno de agua, así que no puedes soltar el bolso ni un segundo, te lo cuelgas al hombro ahora… Intentas abrir la pluma pero resulta que no sabes cómo funciona la puta pluma porque tiene sensores automáticos, así que la tocas, la soplas, la empujas, la cacheteas y le haces de todo hasta que por fin sale un chorrito de agua fresca. Si hay jabón tienes suerte, pero lo común es que si consigues jabón, te tienes que lavar las manos en una posición de "Jorobado de Notredame" porque estás pendiente de que no se te resbale el bolso y que éste quede debajo del chorro...

El secador ni lo usas, ya estás harta de estar ahí adentro y además el olor es nauseabundo, así que quieres salir lo más rápido posible de ahí… Terminas entonces secándote las manos en tus propias nalgas, porque no piensas gastar tu kleenex para eso y sales...

En este momento ves a tu chico o a tu marido que entró y salió del baño de hombres y que encima le quedó tiempo de sobra para leer la sección de deportes y los clasificados del periódico mientras te esperaba.

“¿Por qué tardaste...tanto?” Te pregunta el muuuy estúpido...

“Había mucha cola”...te limitas a decir!!!

Y ésta es la verdadera razón de por qué las mujeres generalmente vamos en grupo al baño… Lo hacemos por necesidad y por solidaridad, porque necesitas a una amiga que te sostenga el bolso y el abrigo, a otra que sujete o vigile la puerta, a otra que te pase el kleenex por debajo de la puerta…

Así todo nos resulta mucho más sencillo, porque bastante tenemos con concentrarnos para mantener “la posición” y sobre todo, la puta dignidad !!

¡Gracias a todas las que alguna vez me acompañaron a un baño público, por servirme de perchero o por vigilar la puerta o pasarme papel higiénico!!!!...

Y los hombres que siempre preguntan: Mijita ¿Por qué te tardaste tanto en el baño...?... Entiendan de una vez por todas por qué !!