martes, 8 de febrero de 2011

¿POR QUÉ LAS MUJERES TARDAN TANTO...CUANDO VAN AL BAÑO?

El gran secreto de todas las mujeres respecto a los baños es que desde niña tu mamá te llevaba al baño, te enseñaba a limpiar la tabla del inodoro con papel higiénico y luego ponía tiras de papel cuidadosamente en el perímetro de la taza.  

Finalmente te instruía: "Nunca, nunca te sientes en un baño público'

Y luego te mostraba 'la posición' de karateca, que consiste en balancearte sobre el inodoro de forma tal que te sientas sin que tu cuerpo haga contacto con el inodoro.
 
'La Posición' es una de las primeras lecciones de vida de una niña, súper importante y necesaria, porque nos ha de acompañar durante el resto de nuestra “miona” vida.

Pero aún hoy en nuestros años adultos, 'la posición' es dolorosamente difícil de mantener cuando tu vejiga está que se revienta.

Cuando TIENES que ir a un baño público, te encuentras con una cola de mujeres que te hace pensar que dentro está Brad Pitt.

Así que te resignas a esperar… Y lo hacemos sonriendo hipócritamente a las demás mujeres que también están discretamente cruzando piernas, brazos y apretando el su vagina, en la posición oficial de "me estoy meando''... Pendejas !!

Finalmente te toca a ti, si no llega la típica mamá con “la nenita que no se puede aguantar más” y tienes que cederle el turno…

Entonces verificas cada cubículo por debajo para ver si no hay piernas.

¡¡¡¡¡Pero todos están ocupados !!!!!

Finalmente uno se abre y se lanza hacia el cubículo casi tirando a la persona que va saliendo... Pero entras y te das cuenta que la cerradura no funciona (nunca funciona);  no importa... al fin llegaste y estás ahí…

Cuelgas el bolso del gancho que hay en la puerta, y si no hay gancho (porque nunca hay gancho…), inspeccionas la zona, el suelo está lleno de papel higiénico sucio y de líquidos indefinidos y malolientes, así que  no te atreves a dejarlo ahí, por lo que decides colgártelo en el cuello (estilo perro San Bernardo de los que hay en Bariloche…) pero mientras miras como se balancea debajo tuyo, sientes cómo en cada movimiento te desnucas, porque el bolso está lleno de vainas, vainitas y vainotas que fuiste metiendo poco a poco por si acaso las podías necesitar, pero la mayoría de las cuales no usas… 

Entre tanto, como la puerta no tenía cerradura, la única opción es sostenerla es con una mano mientras que con la otra y de un tirón te bajas los panties  y te pones en "la posición que mami me enseñó"…

¡¡¡ Uffff... Qué alivio...... AAhhhhhh !!! POR FÍN !!!!!!! ...

Ahí es cuando tus muslos empiezan a temblar... Porque estás suspendida en el aire, con las piernas flexionadas, los calzones cortándote la circulación de los muslos, el brazo extendido haciendo fuerza contra la puerta y un bolso de 5 Kilos colgando de tu cuello...

Te encantaría sentarte, pero no tuviste tiempo de limpiar la taza ni la cubriste con papel, interiormente crees que no pasaría nada pero la voz de tu madre retumba en tu cabeza: “jamás te sientes en un inodoro público”!!! … Así que te quedas en la "posición de chivito listo a brincar hacia un precipicio", con la incesante tembladera de tus piernas...

Y por un fallo de cálculo en las distancias ¡¡¡ Una salpicada finíííííísima... pero que logra que el chorrito de miao te salpique y te mojas hasta las medias!!!

Si tienes suerte no te mojas los zapatos, pero ves cómo chorrea el miao desde tu entrepierna por la parte interna de los muslos… Y eso te pasa porque para adoptar “la posición” se requiere de una puta concentración inigualable, y entre la puerta, el bolso, el desespero a que empujen la puerta las que esperan…

Para alejar de tu mente esa desgracia, buscas el rollo de papel higiénico peeero, noooooooo hayyyyyy!!!...  El rollo está vacío...! (siempre está vacío…)… Entonces suplicas al cielo que entre los 5 kilos de cachivaches que llevas en el bolso haya un miserable y aunque sea sucio kleenex, pero para buscar en tu bolso hay que soltar la berraca puerta, dudas un momento porque sabes que si la sueltas se va a abrir, pero no hay más remedio...

Y enseguida la sueltas alguien la empuja, así que no tienes más opción que frenar con un movimiento rápido y brusco, mientras gritas OCUPAAADOOOO!!!... Ahí das por hecho que todas las pendejas mionas que esperan en el exterior escucharon tu mensaje y ya puedes soltar la puerta sin miedo, nadie intentará abrirla de nuevo (en eso las mujeres nos respetamos mucho…)

Pero ya los efectos del portazo empiezan a hacer efecto cuando sin querer tocas con la punta de la nalga o del muslo la taza del inodoro… Encima ya no soportas el dolor en el cuello por tener ahí guindando el bolso… El sudor corre por tu frente y sigue ahí la salpicada del chorro en las piernas y ninguna está exenta de que por el esfuerzo, se le escape un pedo que retumba al ritmo de las risas de quienes esperan turno…

Ahí piensas en tu mamá y lo avergonzada que se sentiría porque su trasero nunca tocó el asiento de un baño público, porque francamente, “Tú, no sabes qué enfermedades podrías agarrarte ahí“... Estás exhausta, cuando te paras ya no sientes las piernas, te acomodas la ropa rapidísimo y tiras de la palanca con el pinche pie… ¡¡¡ sobretodo !!!  muy importante…
Entonces vas al lavamanos pero te encuentras que todo está lleno de agua, así que no puedes soltar el bolso ni un segundo, te lo cuelgas al hombro ahora… Intentas abrir la pluma pero resulta que no sabes cómo funciona la puta pluma porque tiene sensores automáticos, así que la tocas, la soplas, la empujas, la cacheteas y le haces de todo hasta que por fin sale un chorrito de agua fresca. Si hay jabón tienes suerte, pero lo común es que si consigues jabón, te tienes que lavar las manos en una posición de "Jorobado de Notredame" porque estás pendiente de que no se te resbale el bolso y que éste quede debajo del chorro...

El secador ni lo usas, ya estás harta de estar ahí adentro y además el olor es nauseabundo, así que quieres salir lo más rápido posible de ahí… Terminas entonces secándote las manos en tus propias nalgas, porque no piensas gastar tu kleenex para eso y sales...

En este momento ves a tu chico o a tu marido que entró y salió del baño de hombres y que encima le quedó tiempo de sobra para leer la sección de deportes y los clasificados del periódico mientras te esperaba.

“¿Por qué tardaste...tanto?” Te pregunta el muuuy estúpido...

“Había mucha cola”...te limitas a decir!!!

Y ésta es la verdadera razón de por qué las mujeres generalmente vamos en grupo al baño… Lo hacemos por necesidad y por solidaridad, porque necesitas a una amiga que te sostenga el bolso y el abrigo, a otra que sujete o vigile la puerta, a otra que te pase el kleenex por debajo de la puerta…

Así todo nos resulta mucho más sencillo, porque bastante tenemos con concentrarnos para mantener “la posición” y sobre todo, la puta dignidad !!

¡Gracias a todas las que alguna vez me acompañaron a un baño público, por servirme de perchero o por vigilar la puerta o pasarme papel higiénico!!!!...

Y los hombres que siempre preguntan: Mijita ¿Por qué te tardaste tanto en el baño...?... Entiendan de una vez por todas por qué !!

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