viernes, 21 de enero de 2011

REFLEXIÓN...

sábado, 11 de julio de 2009 a las 12:39

Es muy decepcionante redescubrir cada día los "intríngulis" de la mal llamada política en nuestra tierra, de cómo los politiqueros sin temor a las leyes ni a Dios actúan de manera calculada, inmisericorde e insensible en contra del bienestar de quienes los escogieron. Terrible la cantidad de intereses que dejan de ser ocultos por el descaro con que actúan.

Pero más triste aún es ver como los valores en nuestra sociedad están invertidos y vemos como normal lo anormal y viceversa.

Con nuestro silencio y aprobación de todo lo que vaya en contra de la moral, de la decencia y de las buenas costumbres les dejamos el campo abierto para que sigan defraudándonos, robándonos, humillándonos y arrebatándonos lo que nos pertenece.

Con nuestro silencio y aprobación les damos rienda suelta a nuestros ídolos de barro para que se enriquezcan a costillas del pueblo que vive sumido en la miseria.

Con nuestro silencio y aprobación les permitimos que ultrajen el patrimonio de nuestros hijos; y es porque los queremos más a ellos que a nuestros hijos, porque vivimos el presente y no pensamos en el mañana.

Cuando intenta uno desenvolver algo, se encuentra con un sistema lleno de eslabones o vericuetos de toda índole en el proceso de la corrupción. El que creíamos honesto es el director de la orquesta de la corrupción. El que era honesto cae en las garras de la corrupción y de los corruptos. Esto se aprende rápido y transforma sobremanera a quien sea… Esto no es cuestión de uno o de dos personajes, esto es un asunto cultural que está tan arraigado que ya hace parte de nuestra idiosincrasia y de nuestro diario vivir. Es como si no pudiésemos vivir sin ello, es nuestra forma de vida, al punto que la juventud sueña con llegar a ser como ellos.

Qué decepción tan grande!

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